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ALTARES Y RITUALES DE PROTECCIÓN



LOS ALTARES

Tengo dos altares diferentes, uno dedicado a los espíritus ancestrales, mi bóveda, y el otro dedicado a los orishas. En mi bóveda he puesto siete vasos de agua fresca, cada uno sirviendo como dedicatoria al difunto que reside en el reino de los espíritus en el cielo. 

En las bóvedas, estos vasos deben colocarse en dos líneas paralelas de tres vasos, con un vaso en el centro. Cada vaso debe sostenerse hacia el cielo y ofrecerse a Olodumare para recibir bendiciones. 

Los lunes cambio el agua y dedico cada vaso a mis ángeles de la guarda. Le pido a Olodumare que acepte mi ofrenda diciendo: “Con las bendiciones del Todopoderoso, dedico este vaso de agua a los espíritus de mis ancestros Yoruba”. Con los otros vasos, hago la misma ofrenda de oración a los espíritus nativos americanos, espíritus Kongo, espíritus que necesitan amor, espíritus que me aman y a los miembros de mi familia.

Luego llamo por su nombre de los miembros de la familia que han dejado la Tierra. Mi oración está diseñada para que los espíritus sepan que los reconozco y los acepto en mi vida. 

“Con la bendición de Olodumare y los espíritus benévolos, pido sus bendiciones en este día para la protección y salud de mi familia. Pido que los espíritus de mi madre, padre y hermana me bendigan. Pido que me guíe la sabiduría de mi abuela. Que mis queridos familiares y amigos fallecidos  hayan encontrado la paz…” 


La oración debe salir de tu alma e intuición; no debe estar guionada. Recuerda, estás hablando con tus seres queridos, así que habla con libertad y con admiración y respeto.

Mi segundo altar está dedicado a los orishas que recibí cuando me inicié en la religión de la Santería. Las piedras sagradas de mis orishas residen en tazones decorativos, con los colores de cada una de las divinidades, y estos tazones se encuentran expuestos en una vitrina. Mi cuarto sagrado para mis orishas está lleno de flores frescas, velas perfumadas y los símbolos de los dioses y diosas en las paredes.

CREA TU PROPIO ALTAR

Para aquellos que no han sido iniciados en la tradición y que por lo tanto no tienen orishas patronos, se puede crear un altar colocando en una mesa o repisa objetos que les recuerden personas y eventos importantes en su vida. Recoge hermosos jarrones de vidrio, esculturas o talismanes, como conchas y rocas, y colócalos en tu altar. Haz del altar un homenaje a las personas, amigos y objetos que te hayan inspirado, e incluye sus fotografías para animarte. Considera cuál es el color que te trae alegría, paz y tranquilidad. O piensa en la energía de la que disfrutas al estar rodeado, o el color que domina en tu guardarropa. Comienza a decorar tu altar con estos colores, y tu intuición te guiará. Tómate un tiempo al día para meditar en silencio y en oración ante tu altar sobre aquellos aspectos de tu vida que te brindan consuelo y felicidad.

ADORANDO A NUESTROS ANCESTROS

Cada día, acuérdate de tus seres queridos que ya no están en esta Tierra; necesitan tus oraciones y la luz de las velas para elevarse en el mundo de los espíritus. Reconoce siempre a los espíritus y ancianos que te han abierto los caminos, ya que ellos te ayudarán a lograr tus metas en la vida. Trata de encender una vela por lo menos una vez a la semana, ya que traerá luz espiritual a tu hogar.

ORACIÓN DIARIA DE LA MAÑANA

Cada día reconoce al Ser Supremo, Olodumare. Comienza cada mañana mirando por la ventana hacia el cielo. Abrázate y agradece a Olodumare por sus bendiciones. Luego medita frente a tu bóveda, pidiendo a los espíritus que te acompañen en tus tareas diarias y que te traigan sabiduría y comprensión. Luego entra a tu cuarto sagrado y, postrándote ante tu altar, toca el agogó, la campana de Obatalá, pidiéndole que su espíritu tranquilo pero guerrero te inspire. Da gracias por las bendiciones en tu vida, tu familia, tus amigos y tu comunidad.

TU ORISHA PERSONAL

Todos tenemos nuestro destino, nuestro Orí, y para prosperar, debemos honrar y proteger nuestra sacralidad. Ori requiere que te honres a ti mismo y a los demás. Cuida cada día el templo que alberga tu Orí, tu cabeza, el asiento y poder de tu pensamiento, sabiduría y creatividad.



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