Oh! sangre de mi sangre.
Yo soy tu hijo.
Y me
dirijo a ustedes con ofrendas de alimentos,
licores, tabaco y agua.
Que
sea alimento para su alma.
Oh! mi seres y antepasados
sepan que ustedes son muy
queridos,
recordados y respetados.
Acepte esta humilde ofrenda
por el bien
de tus familiares hoy vivos.
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velen por sus descendientes,
pues sin sus atenta
miradas,
somos como ovejas perdidas entre lobos.
Mantengan alejadas de nosotros,
las enfermedades, accidentes,
trastornos, angustias, pobreza, mala
suerte,
dolores y la muerte prematuras
y toda forma de injusticias, a
nuestra familia.
Sean firmes y rápidos en atendernos,
bendígannos con la buena suerte,
la buena fortuna,
buena salud, mucha
felicidad.
Como centinelas y faros de luz,
velen por nuestro hogares
y sobre todo,
por nuestra familia.
Les doy las alta gracias,
sangre de mi
sangre.
En el nombre del Padre, el Hijo
y el Espíritu Santo.
Amén.
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