Paz, Señor, soy uno de
los mortales,
que tal vez anda
más oscurecido en mi camino;
más oscurecido en mi camino;
Pero de tu grandeza todo se espera,
quiero como pan
de mi hogar la paz,
como de los pobres la paz,
como de los tiranos y enemigos la
paz,
que en nuestros cerebros brille
y que agrupados todos
bebamos en la misma fuente,
bebamos en la misma fuente,
para que reestablecidos nuestros espíritus,
sólo la paz, tranquilidad y
armonía,
podamos transportar al mundo de lo bello.
¡Oh! Paz sagrada que
huyes
de nuestros corazones
de nuestros corazones
con el peso de nuestras culpas,
no nos abandones,
sabemos que el espíritu de Dios
es el espíritu de paz.
es el espíritu de paz.
Cúbrenos con el velo
de tu gracia
y el resplandor de tu magnificencia.
Gloria a Dios en las alturas
y
Paz entre los hombres de buena voluntad.
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