DON DIEGO DUENDE
Amigo sabio y poderoso,
príncipe de
príncipes, rey de reyes,
amparador de los hombres,
líbrame,
líbrame de las malas ocasiones
Bienvenidas sean las cosas
en tu nombre y poder,
en tu nombre y poder,
ojos tengan y no me miren,
manos tengan y no me toquen,
manos tengan y no me toquen,
pies tengan y no me alcancen,
armas tengan
y no den fuego.
Cobardes difamadores aquí estoy
y voy con el Duende,
que el valor se les desmaye
y los pelos se les ericen,
que todos sean llenos de terror y miedo.
Que bienvenidas sean a mí las cosas,
como yo las deseo,
Señor dela Naturaleza.
Señor de
Don Diego Duende,
ya es tiempo que venzas a mis enemigos.
Don Diego Duende,
que con gran poder sea posible
lo que yo deseo de...,
que ha de ser mía la mujer que yo amo,
que se llama...
toda vez que yo lleve tu oración,
en la que creo,
así te lo pido.
Esta invocación se ejecuta los martes de
cada semana, teniendo una vela encendida y una copita de aguardiente.
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