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LA INMACULADA CONCEPCIÓN, DIA 8 DE DICIEMBRE



La Inmaculada Concepción,
día 8 de Diciembre.

La figura de la Diosa Madre cobra una especial significación para los católicos, en la advocación mariana, La Inmaculada Concepción. Advocación de la virgen María, que en su significado de “madre virginal”, materializa el milagro de un embarazo sin la intervención de varón alguno, tal como lo conciben los postulados de la Iglesia.
 
 
La veneración a esta virgen fue notoria a tal grado, que en toda Cuba existían hasta el año 1986, treinta y cuatro templos dedicados a la Inmaculada Concepción. Pero de todos ellos, es sin duda, la Parroquia Mayor de San Juan Bautista, erigida en 1550 en la villa de San Juan de los Remedios, en la provincia de Villa Clara, la única que muestra una talla en madera de la mencionada imagen, en avanzado estado de preñez, que es a decir de muchos, considerada única en América Latina.

En la Santería cubana Yemanyá,
día 7 de Septiembre

 Es Yemayá, madre de Changó. Madre de la vida y de todos los orishas. Para algunos, suele presentarse a veces como mensajera de Olokun. Reina maternal, arrogante y sabia, que posee varios “caminos”, en los cuales sus seguidores le denominan Konlá, Oggutte, Asesú, Achabá y otros. Su dominio radica en las aguas saladas. Se asienta su sacripotencia en la sopera y la tinaja. Las piedras del mar y los caracoles son sus alegorías.
 

 
Salve, salve, cantaban, María
que más pura que tú sólo Dios;
y en el cielo una voz repetía:
más que tú, sólo Dios, sólo Dios.
 

 
Con torrentes de luz que te inundan,
los arcángeles besan tus pies;
las estrellas tu frente circundan,
y hasta Dios complacido te ve.

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 Pues llamándote pura y sin mancha,
de rodillas los mundos están,
y tu espíritu arroba y ensancha
tanta fe, tanto amor, tanto afán.
 

 ¡Ay!, bendito el Señor, que en la tierra
pura y limpia te pudo formar,
como forma el diamante la sierra,
como cuaja las perlas el mar.
 

 Y al mirarte entre el ser y la nada,
modelando tu cuerpo, exclamó:
"Desde el vientre será inmaculada,
si del suyo nacer debo yo".
 

 Porque Tú, Madre Virgen y pura
del que dijo "¡Haya luz!" y hubo luz,
y a tus pechos bebió tu ternura,
y a tus brazos cayó de la Cruz.
 

 ¡Flores, flores!, que al templo ya viene;
y en su trono de luz y a sus pies
querubines y arcángeles tiene
más que espigas y granos la mies.
 

 Flores, flores las nubes derramen,
de la Virgen sin mancha en honor,
y su Reina los cielos la llamen,
y los hombres su Madre y su amor.

 
 
 
 
 
 
 
 

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